¿En qué consiste la Hipnosis?

La hipnosis es un estado natural de la mente. Cuando la persona es capaz de alcanzar cierto grado de relajación y concentración entra en estado de hipnosis.

En terapia, la relajación se induce a través de la respiración, de sonidos que incluyen ondas que se adaptan al cerebro y de métodos de relajación progresiva y diferencial; la concentración se consigue, a su vez, a través de visualizaciones, imágenes mentales que se van proyectando cada vez con más detalle.

La hipnosis terapéutica contempla que el paciente esté consciente en todo momento ya que esto facilita el que pueda procesar lo que ocurre. No hay pérdida de consciencia en ningún caso y se recordará todo lo sucedido.

La persona puede saber que se encuentra en estado de hipnosis cuando su mente está totalmente alerta y su cuerpo absolutamente relajado. Es entonces cuando los recuerdos del pasado se tornan accesibles a la conciencia. El baúl de los recuerdos se pone a disposición del contexto terapéutico para poder liberar y comprender los traumas del pasado que aun nos afectan en el presente adoptando diversas formas.



Por este motivo, en principio, todo el mundo es hipnotizable. Cierto es que existe una excepción para aquellas personas que, por limitaciones patológicas (estados psicóticos o maníacos que cursen con distraibilidad) o retraso mental, no pueden alcanzar los niveles de concentración y relajación necesarios. Lo que llamamos hipnosis es realmente una autohipnosis, es decir, es el propio sujeto el que se va a permitir o no entrar en este estado. Consecuentemente es habitual encontrarnos que las personas que tienen niveles altos de atención sostenida y/o creatividad consiguen ahondar más rápida y profundamente en el estado de hipnosis. Asimismo, quienes acostumbran a practicar meditación también entrarán más fácilmente en este estado y serán capaces de describir con todo lujo de detalle los escenarios mentales por los que se muevan.